Jamás voy a encontrar el amor
O por lo menos hasta que la única forma de encontrarlo sea a través de aplicaciones de citas
Sí, yo también soy la amiga soltera. No la que siempre ha estado soltera, pero sí la amiga de “es que eres muy exigente”, “joder, es que a todo le encuentras pegas”, “pero, ¿por qué no le das una oportunidad a las apps de citas?”. Y mi favorita, “tía, tranquila, llegará cuando menos te lo esperes”.
Hoy hablamos de ser esa amiga, la romántica empedernida que desde pequeña lleva reproduciendo en su cabeza historias de amor perfectas (por haber leído demasiado) pero que, por dentro, siente que el amor no hace más que escaparse.
El sentimiento de querer querer me ha perseguido desde que tengo conciencia. El sentirte querido por alguien a quien aprecias, ver que se preocupan por ti, que les importan tus sentimientos y recuerdan cosas que dijiste hace tiempo y que hasta a ti se te habían olvidado. El primer amor de mi vida fue mi madre, después mis abuelas, y, más tarde, mi hermana. Mis amigas pasaron a ser los amores de mi vida cuando me planteaba qué será de mí si algún día decido irme a vivir fuera (sí, at the ripe age of 14), y lo único en lo que podía pensar es en cuánto las echaré de menos. Cuando cumplí los diecisiete me enamoré por primera vez, y fue un sentimiento tan raro y diferente a todo lo que había sentido hasta el momento, que, al principio, lo rechacé. ¿Esto es lo que se siente al tener pareja? ¿Cómo sé si estoy segura? A lo mejor era mi sol en virgo hablando, y mi luna en piscis calmándole y asegurándole que estas cosas no se piensan, se saben. Y lo supe.
Lo supe cuando le vi por primera vez y pensé que definitivamente, era él. Cuando en nuestra primera “cita” estaba tan nerviosa que no podía dejar de temblar, literalmente. Cada vez que salíamos a pasear y recordaba que realmente estábamos juntos. Cuando conocí a su familia, o cuando hicimos esos planes que yo solo había visto en las películas. En mi cabeza solo podía pensar “wow, qué sensación tan bonita”, ¿verdad? Qué bonito estar enamorada. Y, i’m so sorry si esto da cringe, pero es realmente lo que siento cuando pienso en las personas que quiero. Cuando estoy tomándome una cerveza con mis amigas, riéndonos por cualquier cosa, y recuerdo la maravilla que es poder demostrarle a alguien que le quieres, ojalá pudiera vivir esta sensación para siempre. Sí, lo sé, el amor en una relación es algo más especial, diferente. Los momentos bajos, son más agridulces, aquellos en los que sientes como si estuvieras flotando, no quieres que nunca acaben, y aquellos en los que simplemente existes, y alguien existe a tu lado.
Y así ha ido pasando el tiempo, no con muchas más parejas, pero sí con algún que otro chico con el que, por lo que parece arte de magia, he acabado sintiendo una conexión especial y diferente que con el resto. Me he encontrado a mí misma, he aprendido a decir que no, a saber qué es lo que quiero realmente y a reiterar un hecho evidente, me gusta estar enamorada. De la última vez que sentí esa conexión, ya han pasado casi dos años.
No me quiero forzar a encontrar a alguien. Soy de las que piensa que what’s meant for you, won’t pass you by. Es decir, lo que está hecho para ti, no va a pasarte de largo, y eso se aplica a las relaciones, el trabajo, las buenas noticias, todo llega. ¿Pero cuándo me va a llegar a mí?
No me quiero forzar a encontrar a alguien, pero a veces me encuentro buscando entre las miradas de los extraños, a ver si ahí se encuentra el amor de mi vida. Me doy cuenta de que cuando salgo de fiesta, hay algo en mi cabeza que dice, “bueno, a lo mejor hoy sí”. En el momento en el que alguna de mis amigas me cuenta que está conociendo a alguien, y me digo a mí misma que ya me queda menos. Y cómo no, la vieja confiable, para acelerar el proceso, me descargo una app de citas. Y duro dos días.
Intenté romantizar el proceso de hacer scrolling en fotos de extraños para ver en cuál de todas me gustaba más, me miraba en el espejo imaginando si realmente sería más alto que yo. Su biografía hablada de cosas que parece podemos tener en común, a ver si incluso podemos hablar de temas interesantes. Y en un arrebato de locura, cuando realmente hago match con alguien que, a través de una pantalla, luce que puede cumplir todas esas características que yo espero que tenga el amor de mi vida, me autoconvenzo diciéndome que, puede ser que, cuando le vea por primera vez, sienta esa conexión especial, ¿no?
Pues no. Nunca he llegado a quedar con nadie con quien he hablado por aplicaciones. Tampoco he hablado con mucha gente, y puede ser que sea exigencia, reticencia, o simplemente el hecho de que sé que no va a funcionar. Y cómo lo sé, os preguntaréis, pues porque me conozco, y me quiero mucho. He pasado muchos años de mi vida sola, conociéndome, aprendiendo a convivir conmigo, creando espacio dentro de mí para que lo pueda ocupar otra persona, pero quien yo quiera, no quien se supone que debe estar. He aprendido a reconocer mis preferencias, a hablar de mis expectativas, y a hacer entender a las personas que no son muy altas, son mías.
Prefiero conocer a alguien de forma natural. Quiero aprender a dejarme llevar, a interiorizar que lo que tenga que ser, será, y que no tengo que forzar situaciones (como descargarme bumble lol en qué estaba pensando).
Quiero compartir mis días con alguien que tenga gustos parecidos a los míos. Quiero que podamos comentar los mismos libros, ver películas que nos parezcan interesantes y que, a la vez, nos enseñemos cosas el uno al otro que ninguno de los dos sabía.
No busco a alguien que me complete. ¡Estoy muy bien sola! Por suerte o por desgracia, me encanta estar sola, y no necesito a nadie para hacer cosas o para quererme más. Si “busco” pareja es porque me siento lo suficientemente preparada como para compartir mi tiempo y espacio con alguien. No es necesario, pero sería agradable.
Supongo que no hace falta decirlo, pero no quiero ser la madre de nadie. Sí, soy la hermana mayor, soy esa persona a la que le han dicho que era muy “madura para su edad”, pero eso no me hace, en consecuencia, querer dedicarme a educar a un hombre adulto. Enough, is enough.
Así que sí, sigo en la búsqueda de ese amor verdadero, de ese perfil de pareja que leo en los libros de amor, que veo en las películas donde los protagonistas parecen haber nacido para estar juntos, o en esas historias que escucho sobre desconocidos y me hacen tener fe. No la he perdido, por cierto. Aunque no os voy a mentir, tengo temporadas donde realmente pienso que va a ser más difícil de lo que creo, incluso la imposibilidad se apodera de mi mente (especialmente viendo cómo está la sociedad últimamente). Y cuando lo veo todo perdido, esos días en los que realmente siento que nunca va a llegar, recuerdo a esa mini yo que tenía tantas ganas de sentirse cuidada, querida, y escuchada. Esa mini yo que lleva tantos años cansada de ser la figura maternal de todos, y quiere compartir su vida con alguien que no le haga preocuparse por la mínima cosa, con quien pueda hablar de todo y sentirse escuchada. ¿Es mucho pedir?
Sé que, todo eso que busco, lo tengo en mis amigas, en mi familia, y más importante, en mí, y es más que suficiente, ¿pero no es verdad también que, al fin y al cabo, dejarte querer por parte de una persona que tú misma has elegido para que pase la vida contigo, es más especial?
Podría estar horas y horas escribiendo sobre amor, sobre qué busco, sobre qué no quiero, pero creo que también necesito quedarme algunas cosas para mí misma. ¿Quién sabe si esto lo está leyendo el amor de mi vida y le estoy destripando todas las sorpresas?
Me he visto tantísimo en tus palabras 😭 un abracito de otra hopeless romantic
ay bestie, he sentido la necesidad de abrazarte varias veces mientras leía esto, como duele a veces ser una hopeless romantic 😭unfortunately nadie puede decirte cuando llegará “esa persona”, pero espero que cuando llegue y te sientas feliz y plena con ella, puedas mirar a la pequeña karol que sigue dentro de ti y sientas que le has hecho justicia🤍